Era verano, hacía mucho calor y los niños ya habían cogido vacaciones. disfrutában del parque, del campo y de los animales.
En una de las casas que había en el campo vivían una familia con dos niñas llamadas Pamela, era una niña muy guapa y valiente. Había nacido con un problema en la pierna y le habían operado varias veces. Nunca se quejaba, ni lloraba. Tenía otra hermana más pequeña llamada Ana. Pamela tenía 7 años y su hermana 3. Siempre estában las dos jugando al pilla pilla o al escondite.
Cerca de su casa, vivían otra familia que tenían dos niños. Uno era Johnn que era el mayor y tenía 8 años y el otro Tom que tenía 4. Este era el más pequeño.
Un día Johnn estába con su hermano jugando en el campo. Mientras que Pamela y su hermana estában cogiendo flores. Johnn vió a Pamela y le preguntó:
- ¡ Hola!. ¿ Cómo te llamas?. Nosotros somos Johnn y él es mi hermano Tom. ¿ Qué te pasa en la pierna?.
- Mi nombre es Pamela y ella es mi hermana Ana. Tengo un problema desde nacimiento y me han operado muchas veces. Pero sin exito. ¿ Qué edades tenéis?. Yo tengo 7 años y mi hermana 3.
- Yo tengo 8 años y mi hermano 4. Vivímos en aquella casa. ¿ Y Vosotras?
- Nosotras vivimos allí abajo en la casa que está pegada a los establos. Bueno, ahora nos tenemos que ir.
- Esperad, os acompañamos. Así veremos tu casa. ¿ Vale?.
- Está bién, gracias. La verdad que así vamos hablando.
Cuando llegaron a la casa de Pamela. Ella les pidió que entrasen porque quería presentarles a sus padres.
La madre les comentó:
- ¿ Queréis un vaso de leche o un vaso de agua?
- Preferimos un vaso de leche, si no es mucha molestia.
- Os lo prepararé encantada. Pamela, Ana. ¿ Me ayudáis?
- Si claro, mamá. Ya vamos.
La madre les preparó lo que la habían pedido con unas galletas.
La verdad que Johnn y Tom eran un encanto de niños.
Esa misma tarde se fueron a jugar a un lugar al que a Johnn le gustába mucho ir. Era un lugar que él conocía. Johnn ayudába a Pamela, a su hermano y a Ana.
- Pamela, dame la mano, el suelo está mojado y resbala. Dale la mano a tu hermana. No te preocupes. ¿Vale?.
- Está bién, tengo miedo por mi hermana y tu hermano.
- Tranquila, no les pasará nada. Ana, ¿Te cojo en brazos?
- No gracias, soy mayor. ¿ Verdad Pamela?
- Si, pero agarrame fuerte la mano y no me sueltes.
- Ya casi estamos chicos. Nos queda muy poco para llegar.
Por fín llegaron al sitio más bonito que nunca, Pamela y Ana habían visto. Se veía un lago inmenso con abundante agua.
Ellas se quedaron con la boca abierta era muy bonito todo lo qué veían.
- Bueno ahora tenemos que regresar. Ya va siendo un poco tarde.
- Eso vamonos, nuestras madres se van a preocupar. Vamoos Ana, dame la mano para bajar y tú también Tom.
Una vez que bajaron se despidieron y se fueron cada uno de ellos a sus casas.
Dibujos de Internet
- Yo tengo 8 años y mi hermano 4. Vivímos en aquella casa. ¿ Y Vosotras?
- Nosotras vivimos allí abajo en la casa que está pegada a los establos. Bueno, ahora nos tenemos que ir.
- Esperad, os acompañamos. Así veremos tu casa. ¿ Vale?.
- Está bién, gracias. La verdad que así vamos hablando.
Cuando llegaron a la casa de Pamela. Ella les pidió que entrasen porque quería presentarles a sus padres.
La madre les comentó:
- ¿ Queréis un vaso de leche o un vaso de agua?
- Preferimos un vaso de leche, si no es mucha molestia.
- Os lo prepararé encantada. Pamela, Ana. ¿ Me ayudáis?
- Si claro, mamá. Ya vamos.
La madre les preparó lo que la habían pedido con unas galletas.
La verdad que Johnn y Tom eran un encanto de niños.
Esa misma tarde se fueron a jugar a un lugar al que a Johnn le gustába mucho ir. Era un lugar que él conocía. Johnn ayudába a Pamela, a su hermano y a Ana.
- Pamela, dame la mano, el suelo está mojado y resbala. Dale la mano a tu hermana. No te preocupes. ¿Vale?.
- Está bién, tengo miedo por mi hermana y tu hermano.
- Tranquila, no les pasará nada. Ana, ¿Te cojo en brazos?
- No gracias, soy mayor. ¿ Verdad Pamela?
- Si, pero agarrame fuerte la mano y no me sueltes.
- Ya casi estamos chicos. Nos queda muy poco para llegar.
Por fín llegaron al sitio más bonito que nunca, Pamela y Ana habían visto. Se veía un lago inmenso con abundante agua.
Ellas se quedaron con la boca abierta era muy bonito todo lo qué veían.
- Bueno ahora tenemos que regresar. Ya va siendo un poco tarde.
- Eso vamonos, nuestras madres se van a preocupar. Vamoos Ana, dame la mano para bajar y tú también Tom.
Una vez que bajaron se despidieron y se fueron cada uno de ellos a sus casas.
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