viernes, 6 de julio de 2018

LA HABITACIÓN DESORDENADA DE NICO

Nico era un niño inquieto y juguetón. Sus padres le habían preparado una bonita habitación: Al lado de la cama tenía un armario con muchos cajones para guardar su ropa de vestir. También le habían colocado una amplia estanteria para poner sus libros y juguetes, y un pequeño zapatero para colocar sus zapatos. Su mamá le había puesto un letrero en la puerta de su habitación que decía: " Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa".
Pero Nico era muy desordenado: Lo mismo tiraba los juguetes encima de la cama, que ponía los zapatos en los cajones, los calcetines debajo de la almohada o el pijama encima de la alfombra de la habitación. Su mamá siempre tenía que ir detrás de él recordándole: " Cada cosa en su sitio". Pero a Nico no le acababa de entrar eso en la cabeza.
Una noche, toda la ropa de vestir, los juguetes, los zapatos, los libros, habitantes de esa ciudad llamada " Habitación de Nico". Se pusieron de acuerdo para darle una lección a Nico. Dijeron: Jugaremos al escondite. Cada uno se escondió donde pudo y donde le pareció bién para que Nico no diera con ellos.
A la mañana siguiente, cuando se levantó lleno de sueño para ir al colegio y se fué a poner las zapatillas de andar por casa, sólo se encontró con el suelo frío mientras saltába sin saber donde poner los pies, se oía una carcajada desde el fondo del armario al tiempo que se oía: " Cada cosa en su sitio".
Enfadado Nico abrió el armario para coger los pantalones, pero en lugar de éstos se habían escondido los libros. No había manera de encontrar los pantalones: Metía las manos en un cajón y salían calcetines sucios riéndose mientras repetían: " Nico, desordenado: Cada cosa en su sitio".
El pobre Nico estába asustado pues no sabía de donde salía esa voz, pero, el seguía empeñado en buscar pantalones. Abrió otro cajón del armario y salían camisetas sucias riéndose mientras repetían: " Nico, desordenado: Cada cosa en su sitio". El pensába: ¿ Dónde habré puesto mis pantalones?. Como siga así voy a llegar tarde al colegio y la profesora me reñirá. Metió las manos en el último cajón y salían zapatos muy sucios riéndose mientras decían: " Nico, desordenado: Cada cosa en su sitio".
Nico miró debajo de la almohada y ahí estában sus pantalones, ahora le faltában los calcetines y los zapatos. Se encontraba enfurecido, Nico abrió el zapatero para coger los zapatos, pero en lugar de éstos se habían escondido los juguetes. No había forma de encontrar los zapatos: Metía la mano debajo del zapatero y salían coches de juguete riéndose mientras le repetían: " Nico, desordenado: Cada cosa en su sitio". Nico volvió otra vez a mirar en uno de los cajones del armario y por fín, encontró los calcetines, pero, los zapatos seguían sin aparecer.
Nico se subió a una silla y miró a ver si estában los zapatos encima de la estantería y allí estában. Se los puso rápidamente, pero cuando llegó al colegio ya era demasiado tarde y encima se llevó una gran regañina de la profesora. Pero, al final de todo Nico aprendió la buena lección: " Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa".


Dibujo de Internet

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