viernes, 6 de julio de 2018

LA PRINCESA ESPACIAL

¡ Hola, niños!. Me voy a presentar, mi nombre es Sara y como véis soy una princesa que vivo en la luna.
Mis papás, son los reyes de un  importante Laboratorio, un día me dijeron:
- Mañana será tú primer día de colegio, Princesa.
- Yo no quiero ir al colegio, soy muy feliz aquí en casa.
- Pero tienes que aprender muchas cosas, por ejemplo a leer. ¿ Es que no te gustan los cuentos?. Dijeron ellos.
- Me encantan. Pero ya tengo ordenadores que me los leen...
- Pues tendrás que estudiar para llegar a ser la reina de nuestro Laboratorio. Insistieron mis papás.
- No quiero ir al colegio. Allí no conozco a nadie, no tendré amigos...
Mis papás que no soportan verme triste, no sabían que hacer.
Hasta que al Rey se le ocurrió una solución:
- Nuestros científicos han inventado unas inyecciones maravillosas. Con cuatro, se aprende a sumar, con veinte, a leer. Mañana ordenaré que te pongan las seis primeras.
- Si, sí, papá, así no tendré que ir al colegio.
Cada mañana, me iba al Laboratorio, donde me ponían seis inyecciones. Y, con cada una de ellas aprendía lo mismo que yendo toda una semana al colegio.
Pero, al cabo de unos días, se me quedó el culo hecho polvo.
- No quiero que me pongan más inyecciones.
- Pero si son estupendas. Eres la Princesa más lista de la Luna. Decía mi mamá, muy orgullosa. Ninguna otra reina tiene un hijo que sepa tanto como tú.
Y era verdad, me volví ca vez más lista y mi papá mandába que me pusieran más inyecciones cada vez más grandes.
Una tarde me encontré en el parque a mi amigo el Principe Ernesto, era el hijo del Rey de los Ordenadores.
Y es que, en el año dos mil y pico, todo el mundo es reina, rey, princesa o principe.
- ¿ Por qué no te tiras por el tobogán, Sara?
- Porque me duele el culete. Hoy me han puesto ocho inyecciones.
-¿ Para qué?
- Para aprender sin tener que ir al colegio
- Pues yo prefiero ir al colegio.
- ¿ De verdad?. ¿Qué haces allí?
- Aprendo, dibujo, juego. Tengo un montón de amigos nuevos y me divierto más que en casa. Los padres casi nunca tienen tiempo de jugar, pero los amigos sí. Me explicó Ernesto.
Nada más llegar a casa, les dije a mis padres:
- Quiero ir al colegio, por favor.
- No, no, nos aburriremos mucho sin tí. Quedate con nosotros. Los Reyes se echaron a llorar aunque de mentirijillas. Por fín consiguieron que fuese al colegio.
- Sois unos papás muy mimados.
Al día siguiente, fuí al colegio. Allí estában todos los principes y princesas de la Luna, y enseguida hice un montón de amigos.
Ahora, una vez terminada mi historia. ¿Queréis que cantemos una canción?. Vamos a cantar una canción que creo que todo el mundo os lo sabéis, me tenéis que ayudar un poquito ¿ Vale?.
Pues es la de la Serpiente:
Cuenta la historia que del monte baja una serpiente,
para buscar en la llanura la cola que perdió,
¿Has sido tú?. ¿ He sido yo?
¿ Un pedazín?. ¿ Un pedazín?
De mi colíííín.
Este cuento es de Elvira Menendez

Dibujo de Internet

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