¡ Hola, niños y niñas!. Bienvenidos a escuchar mi cuento. Yo soy el Monstruo de Color Azul y os contaré lo que me pasó el otro día con unos niños llamados Violeta y José.
Había una vez dos niños llamados Violeta y José, vivían en una casa que estába en el campo con sus padres. Cuando se iban a la cama siempre dejaban la puerta de la habitación abierta. Decían que teníamos mucho miedo a los monstruos. Sus padres les comentaban que los monstruos no existían.
Pero una noche que los niños estában durmiendo, entré silenciosamente a la habitación y sin querer me tropezé con un juguete que había en el suelo. Los dos niños se despertaron tan asustados que tuve que decirles:
- NO os asustéis, ni gritéis. Mi nombre es el Monstruo de Color Azul y soy un monstruo muy bueno no me como a nadie.
- Seguro, ¿ Qué no nos vas a hacer nada?. Yo soy Violeta y este es mi hermano José. Nos dan mucho miedo los monstruos, pero tú pareces muy bueno. ¿ Qué haces por aquí?.
- Pues ví que teníais la puerta de la cocina abierta y entré por ahí. Sin pensarlo me dirijí aquí a vuestra habitación. Siento mucho si os he asustado. Quiero que me prometáis una cosa, por favor. Es importante que no le digáis a nadie que me habéis visto, ni a vuestros padres. ¿ Me lo prometéis?.
Los niños le respondieron que sí que no se lo dirían a nadie.
A la mañana siguiente cuando iban a bajar a desayunar. Vieron que el Monstruo de Color Azul había desaparecido. Su madre les llamó para que bajasen a desayunar porque se les iba a hacer tarde para ir al colegio.
Ellos le hicieron caso, bajaron, desayunaron rápidamente y se fueron al colegio. Cuando volvieron de allí, subieron a la habitación para ver si yo estaba. Pero allí no había nadie y se bajaron a cenar.
Cuando llegó la noche, volví a entrar en la habitación, muy despacio, para que no me oyesen. Pero José y Violeta me estában esperando.
- ¡ Hola, Monstruo de Color Azul!. ¿ Por qué sólo te podemos ver de noche y no de día?.
- Pues, porque de día estoy descansando y de noche me pongo a visitar las casas de algunos niños que me tienen un poco de miedo.
- A partír de mañana le diremos a nuestros padres que nos cierren la puerta. Porque ya no tenemos miedo a ningún monstruo.
Yo salí de la habitación y les dejé descansar.
A la mañana siguiente los dos crios les comentaron a sus padres que esa noche les dejasen la puerta cerrada. Ya no tenían miedo a los monstruos. Ellos accedieron y al llegar la noche hicieron lo que les habían comentado.
Yo, El Monstruo de Color Azul, les visité esa noche, la noche siguiente, la siguiente y la siguiente y así sucesivamente.
Moraleja:
No debéis tener nunca miedo de los monstruos porque ellos no existen. Si alguna vez creeis ver alguno pensad que es muy bueno como el Monstruo de Color Azul.
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