lunes, 1 de abril de 2019

PRIMAVERA, LA NIÑA MÁS BELLA

Erase una vez, una niña que era muy bella, pero que muy bella llamada Primavera. Ella vivía junto a sus padres y su hermana pequeña en un chalet muy grande, donde tenían toda clase de columpios, piscina, una casita de plástico, que era  para la pequeña y en ella se metían las dos. Se contaban cuentos dentros, jugaban a que eran camareras. Las dos se lo pasaban muy bien.
Un día sus padres les comentaron que tendrían que empezar a ir al nuevo colegio. Ellas se quedaron mirándoles y sobre todo la mayor les dijo:
- Mamá, ¿ Por qué tenemos que ir a ese colegio nuevo?. No conocemos a nadie. Además se reirán de mi nombre.
- Hija, no digas eso, como se van a reir de tu nombre. Si tienes el nombre de una estación del año. Es la epoca en la cuál los campos están en flor, los pájaros cantan, se oyen los gritos de alegria de los niños, etc.
- Ya lo sé, pero cuando he ido a otros colegios siempre ha pasado lo mismo, se reían y se burlaban de mí.
Ese mismo día fueron a visitar el colegio nuevo. Las dos hermanas estaban muy nerviosas y se agarraban de la mano. Al entrar se dirijieron a ver al director junto a sus padres. Iban muy calladas y no querían hablar con ellos, estában un poco molestas. Sus progenitores las miraban tiernamente y las animaban.
- Venga chicas, no pongáis esas caras, este es uno de los mejores colegios que hay. Veréis como os lo pasaréis bien y seguramente que enseguida os relacionaréis con otros niños.
- Mamá, papá, nosotras no queremos ir a este colegio. Yo quiero ir a nuestro antiguo colegio. Ya tenía a mis amigas y aquí no voy a estar bién. Se reirán de mí y del nombre tan feo que tengo.
- No digas bobadas, el nombre de Primavera es precioso y tu eres una niña muy guapa. Ya verás como todos querrán hablarte y salir contigo.
Al finalizar de hablar con el director, les llevó a las niñas a sus respectivas clases. Cuando llegaron a la clase de su hermana pequeña, entró sin despedirse. Al menos ella se quedó contenta.
Una vez que dejaron a la pequeña, le acompañaron a su clase. Ella iba temblando e iba detrás de sus padres, mirando hacia el suelo y sin alzar la vista.
Al llegar a su clase, el Director entró y le comentó a la profesora que saliese porque quería presentarle a una alumna nueva. Se presentaron mutuamente y ella como era muy dulce la cogió del hombro y la condujo a la clase. Se metió dentro y le propuso que se presentara ella misma. Pero nuestra protagonista no quería decir su nombre, pues sabía que se reirían de ella. Al final, despues de tanto insistir.
- Mi nombre es Primavera, sé que os parecerá raro. Pero es el nombre de una de las estaciones que a mí más me gusta. Porque los campos están llenos de flores, los pájaros cantan, se oyen las risas de los niños. Todo en esta estación es maravillosos.
Los niños se reían de su nombre y de lo que comentaba:
- Que graciosa, jajajajaja. Tu te llamas así?.
- Sí así es, a mi madre le gusta como me llamo. Porque es uno de los nombres de las estaciones del año. Además en Primavera los campos están en flor, cantan los pajaros y se oyen las risas de los niños. A mí me gusta mi nombre y no lo cambiaría por ningún otro.
La niña estaba un poco enfadada porque se estában riendo de ella, por eso tuvo que decirles eso. Hicieron una pausa para salir al recreo y cuando salieron, se fué a sentar en unas escaleras que había en el patio. Se sentía sola, pero de pronto se acercó otra compañera suya y le preguntó:
- Hola, mi nombre es Rosa. ¿ Me puedo sentar aquí o prefieres estar sóla?.
- Claro que puedes sentarte. No me gusta estar así. En el anterior colegio tenía muchos amigos y aquí ya el primer día ya se han reido de mí.
- No Te preocupes, también se rieron del mío. Pero yo no les hice mucho caso, algunos son insoportables. Pero te irás adaptando poco a poco. Además si quieres en mí ya tienes una amiga y nos podemos sentar juntas en clase.
La cria se puso toda contenta, porque por primera vez ya tenía una nueva amiga. Cuando llegó la hora de que finalizase la clase. Tanto Rosa como Primavera, salieron juntas y se dirijieron cada una a sus respectivas casas.
En cuanto Primavera llegó a su casa les contó a sus padres lo bien que le había ido y ellos estaban encantados por la buena noticia que les había dado. Ya que a su hermana pequeña no le había ido tan bién. Ella al ver a su hermana así de triste, le comentó:
- No estés así de triste, mañana será otro día y seguro que habrá alguna niña que se junte a tí. Como me ha pasado hoy a mí, yo tambien estaba un poco aislada en el recreo, pero Rosa se acercó a mí y nos presentamos y nos hicimos amigas. Descansa ya verás como mañana será otro día.
Al día siguiente volvieron las dos hermanas al colegio y efectivamente la pequeña empezó ha hablar con otra niña llamada Violeta. Ella pensaba que su hermana tenía razón que hay que darle tiempo al tiempo y no desesperarse porque el primer día no tengas amigos. Porque el hacer amigos siempre cuesta un poco, pero siempre llegan y después están ahí para lo bueno y lo malo. Pendientes de lo que te pase, alegrándose por tí de si haces algo bién, etc.
                         MORALEJA:
                         Nunca tenemos que dejar de lado a las personas que vienen de otros sitio. Siempre hay que ayudarlas y si tienen un nombre raro como el de nuestra protagonista, o si viste mal,  no tenemos que reirnos. Porque cada uno somos como somos y tenemos distintos nombres o vestimos de diferentes maneras. Siempre tenemos que hacer el bién, ayudarlas a que se sientan comodas y animarlas en todo. Diciéndolas que en vosotros tienen un amigo para lo que sea.


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