Erase una vez, una linda niña llamada Natalia. A ella le encantaban los unicornios. En su habitación tenía posters de ellos y también juguetes. Su madre no estaba muy de acuerdo que tuviese tantas cosas de esos ponis como los llamaba. Pero ella no quería deshacerse de sus cosas y le comentaba a su madre:
- Mamá, ¿ Sabes lo que me gustaría?. Tener un Unicornio en el Jardín.
- A ver, hija los unicornios no existen. Solo estan en los cuentos.
- Si existen y algún día te lo demostrare.
La madre no le hizo mucho caso y esa misma noche a la hora de la cena cuando todos estaban en la mesa, la pequeña siguió insistiendo en lo mismo.
Al finalizar la cena, se dirijieron cada uno de ellos a sus respectivas habitaciones. Cuando todos estaban dormidos, sucedió algo en la habitacion de la cria. La ventana de su cuarto se abrió, ella se despertó sobresaltada miró hacia allí y vio a un lindo Unicornio de diferentes colores. Su nombre era Coco, estaba un poco asustado porque iba detrás de sus amigos y sin más se perdió. Entonces vio la casa de la niña y se fue hacia ella.
Natalia saludó a su nuevo amigo:
- Hola, Unicornio!. Mi nombre es Natalia y tú ¿ Cómo te llamas?.
- Hoooola!. Mi nombre es Coco y me he perdido. Iba detrás de mis amigos que son como yo y de repente me estrelle con ese cristal.
- No es un cristal, Coco. Es una ventana. Bueno, de momento puedes quedarte aquí en mi casa. Anda, pero si tienes alas. ¿ Sabes volar?.
- Si, Claro que sé. No todos los unicornios saben volar. Somos muy pocos los que tenemos estas alas. Algunos van por tierra andando y nosotros por el aire.
- Puedes meterte en el armario si quieres dormir. Toma una manta para taparte. Ahora tenemos que descansar, pues yo mañana por la mañana, tengo que ir al colegio.
- ¿ Qué es un colegio?.
- Es un centro donde hay una profesora que te enseña a leer, a escribir, etc. A mi lo que no me gusta es que nos ponen muchos deberes. Pero me lo paso bien con los demás niños. Tengo un montón de amigos y amigas. Por cierto, tu seras uno de ellos.
- Me dejarás ir algún dia a tu cole?. Quiero aprender muchas cosas.
- No puedes, yo te enseñare. Verás como aprendes de rápido.
Los dos se quedaron profundamente dormidos. A la mañana siguiente, su mamá se fue a la habitación para levantarla, pero ella ya estaba vestida, con la cama echa y en ese mismo instante bajaba a desayunar.
- Buenos días a los dos!. ¿ Habéis dormido bien?.
- Si, hija. ¿ Cómo te has levantado y te has preparado tan rápida?.
- Pues para que tu no me fueses a llamar. A partir de ahora, me levantaré pronto, me duchare y vestire y por último hare la cama. Así no lo haras tú. Por cierto, anoche vino por la ventana un Unicornio.
- Ya empezamos con la misma historia de ayer. Te dije y te sigo diciendo que los Unicornios no existen.
- Sí existen, su nombre es Coco y tiene los colores del arcoiris. Me gustaría enseñaroslo.
Ella subió hacia la habitación para buscar a su nuevo amigo. Allí estaba, revolviendo las cosas de la cria.
- Vamos a bajar, mis padres quieren conocerte. No seas vergonzoso.
Bajaron los dos y se fueron a la cocina. Al verlo, los padres se quedaron muy sorprendidos y con la boca abierta. Comentaron entre ellos que ya que a la pequeña le hacia tanta ilusión, se quedarían con él. Así fue como Coco comenzó una nueva vida en esa Casa. Natalia estaba encantada y lo llevaba de vez en cuando a su colegio. Sus padres por fín creyeron en los unicornios y dijeron que nunca más dudarían de la palabra de su pequeña.
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