Había una vez una pequeña mariposa, que sus alas estában repletas de colores. Su nombre era Rosa. Como era tan pequeña no sabía volar, pero comenzó a crecer, a crecer y a crecer. Ella abrió sus alas e intentó alzar el vuelo.
Rosa se miraba a sí misma y se decía:
- ¿ Qué me está pasando?. ¿ Por qué no puedo volar como las demás mariposas?.
Iba de flor en flor,pero sin volar. Las otras mariposas se la quedaban mirando y se reían de ella diciéndola:
- Mirarla, Rosa no sabe volar. ¿ Qué pasa que no tienes alas?. Ja, ja, ja.
La pobre, miraba hacia abajo y se iba toda triste, sin saber lo que le pasaba en sus bellas alas.
Ese mismo día se encontró con la abeja Candela y como la vió así se acercó a ella y le preguntó:
- ¿ Qué te pasa hermosa mariposa?. ¿ Por qué estás así de triste?.
- Porque no sé que le pasa a mis alas que intento volar pero no puedo y encima las otras mariposas se ríen de mí. No tengo amigos por eso.
- No te preocupes, en mí tendrás una amiga. Si quieres podemos ir juntas por el bosque.
Cuando iban de flor en flor, se encontraron con Mary la Mariquita que les miró y les comentó:
- ¿ A dónde váis vosostros dos?. ¿ Tú por qué no puedes volar?.
- ¡Hola, Mariquita!. Mis alas no estan bien, por eso no puedo volar. Intento hacerlo y no puedo. No sé que las pasa.
- ¿ Puedo ir con vosotras?. conozco al hada del bosque que a lo mejor puede ayudarte.
Se dirijieron hacia la enorme casa del hada. Cuando por fín, despues de estár un rato buscándola, llegaron y llamaron a la puerta.
- ¿ Quién llama fuertemente a mi casa?. ¿ Quién viene a molestarme a estas horas de la mañana?.
- Hada del Bosque, soy Mary la Mariquita. Vengo con Rosa una Mariposa que no puede volar y con Candela, la abeja.
- Pasar, perdona que no te haya reconocido. Ven aquí, preciosa, a ver que veamos tus alas. No te preocupes, ahora echaré unos polvos mágicos sobre ella y ya verás como luego podrás volar.
Ella no se lo creía mucho, pero la hizo caso.
El Hada del Bosque le roció las alas con los polvos mágicos y una vez que terminó de echárselos, Rosa comenzó a abrir sus hermosas alas y las empezó a mover de abajo arriba.
Por fín, consiguió volar y se fué sobre el cielo azul. Las otras Mariposas que se habían reido de ella comentaban entre ellas:
- ¿ Cómo ha conseguido volar?. Antes no lo hacía ¿ Verdad?.
Ella presumía de la hermosura de sus alas y las daba envidia a las otras. Por fín, Rosa podía volar y todo gracias al Hada del Bosque y a sus amigas Candela la abeja, Mary la Mariquita.
Estaba tan feliz que volaba a todas horas y no paraba por nada del mundo. Quería ver todo lo que pasaba en el bosque, todo lo que no había visto antes.
MORALEJA:
Hay niños con distintas discapacidades que no pueden alzar el vuelo como la Mariposa. Por eso necesitan la ayuda de distintas hadas del bosque. Si véis a algún niño o niña con alguna discapacidad, ayudadle, porque os lo agradecerán mucho.