Había llegado la Navidad y todos estában radiantes de felicidad, los niños estában esperando a Papá Noél y a los Reyes Magos para que les trajesen lo que habían pedido. Menos una familia, que estába un poco triste porque no tenían dinero para comprar alimentos, ni para cogerles ropa. No sabían como iban alimentar a sus hijos Enma y David. Los pobres, lloraban noche y día y pensaban de donde podrían sacar el dinero. Un día el padre, les comentó que iba a ir a una tienda de ropa para ver si allí podría trabajar. Pero se fué desilusionado porque en cuanto se enteraron que tenía mujer e hijos le cerraron las puertas.Él siguió buscando, buscando, buscando y buscando, hasta que por fín encontró un trabajo digno para él. Iba a trabajar en una Gasolinera. A él le encantaban los coches, se sabía la clase de coches que había. Ese día se dirigió rapidamente a su casa para contarles a su familia que por fín había encontrado un gran trabajo. Cuando ellos escucharon la noticia, lo celebraron por todo lo alto. Al final, podrían comprarle ropa para sus hijos, alimentos y más cosas.
Al día siguiente se dirigió hacia su puesto de trabajo y se encontro con que la puerta de la Gasolinera estaba cerrada. En un cartel que había en la puerta, ponía: " Cerrado para siempre". El padre no sabía que hacer, otra vez tendría que ir a buscar trabajo y no le apetecía nada. Otra vez tendría que darle la mala noticia a sus parientes. Pero en ese mismo momento se encontró con un amigo que le dijo:
- Hola, que tal amigo. Yo trabajo en una empresa de ropa, si quieres puedo preguntarles si puedes meterte tu.
- Te lo agradecería mucho. La verdad que sí estoy buscando trabajo, no me importa de lo que sea.
- Dame tu número de móvil y si me dicen que sí. Puedes trabajar conmigo.
- Muchas Gracias por todo. Ojalá puedas ayudarme, pues estoy desesperado. Mi gente tiene que alimentarse y no tengo para darles, ni para comprarles ropa.
El amigo se despidió de él y se fué para hablar con el director de la empresa. Ese mismo día le llamó, para comentarle que había hablado con su jefe y no había conseguido nada. El pobre otra vez se derrumbo y su hija Enma, que era una niña muy lista y obediente.
- Papá, no te desesperes, ya verás como encontrarás algo. Tu vales mucho y eres muy bueno en todo.
- Tienes toda la razón, para que me voy a poner triste, si os tengo a vosotros que sois mi familia. De todas formas necesito encontrar algo para daros de comer y para compraros ropa.
- No te preocupes, a mí no me hace falta nada, los Reyes Magos y Papá Noél no se olvidarán de nosotros aunque seamos pobres. Ellos lo ven todo y como nos hemos portado bien pues nos traeran regalos. Además os tenemos a mamá y a tí.
- Enma Cariño, tienes un gran corazón. Te quiero mucho.
Pasaban los días, pasaban, y pasaban y no había noticias de ningún trabajo. A todos les había dejado su número de telefono para que le llamasen. Pero nadie le llamaba, hasta que de pronto sonó el telefono y fué rapidamente a cogerlo. Le llamaban de una tienda de ropa, pues necesitaban un dependiente. Ahora si que lo había conseguido. Todos estaban contentisimos.
Llegó la Noche Buena y los niños se fueron muy pronto a la cama, pues dentro de nada llegaría Papá Noél. Ellos les habían dejado un vaso de leche y para los Renos una zanahoria, pues decían que como Papá Noél llegaría con frio necesitaría un vaso de leche calentita. Al día siguiente Enma y David se despertaron muy pronto y se dirijieron hacia el salón para ver los regalos. Los abrieron y ella vió la muñeca que le había pedido, se lo había traido y era la que quería. El niño le había pedido un coche de policía y por fín lo tenía en sus manos. Tendrían que pensar que les iban a pedir ahora a los Reyes Magos. De momento estaban felices con sus juguetes.
Al día siguiente comenzaron a escribirles una carta para los Reyes Magos y se fueron con sus padres a un centro comercial que es donde estaban ellos. Enma era una niña muy lista y muy simpática, se fué hasta donde estaban ellos y se sentó en las piernas de Melchor, a David les daba un poco de miedo, pero como vió que no pasaba nada el se sentó encima de Baltasar. Les dieron sus cartas y le comentaron que se habían portado muy bien. Que habían sido muy obedientes y les dieron las gracias por haberle ayudado a su padre a encontrar trabajo.
El día 5 de Enero, se fueron a ver la cabalgata de Reyes y estaban alucinados con ellos. Al finalizar, se fueron pronto a casa, cenaron y se dirijieron a la cama. Esa noche los niños oyeron ruidos de los tres Reyes Magos, pero se quedaron tranquilamente en la cama. A la mañana siguiente, despertaron a sus padres diciendo:
- Papá, mamá, venid rápidamente. Han venido los Reyes Magos y nos han traido lo que habíamos pedido. Me han dejado la Cocinita y a David un Spiderman. Vamos Levantaros.
- Ya vamos chicos, tranquilos.
Ese día todos estában encantados y felices por todos los regalos que habían recibido los niños.
Como véis, hay algunas veces que los padres que tienen ganas de trabajar, no lo encuentran facilmente. Pero alguna persona caritativa y con ganas de darles oportunidades a la gente les hacen una llamada diciendoles que ese puesto es suyo.
Llegó la Noche Buena y los niños se fueron muy pronto a la cama, pues dentro de nada llegaría Papá Noél. Ellos les habían dejado un vaso de leche y para los Renos una zanahoria, pues decían que como Papá Noél llegaría con frio necesitaría un vaso de leche calentita. Al día siguiente Enma y David se despertaron muy pronto y se dirijieron hacia el salón para ver los regalos. Los abrieron y ella vió la muñeca que le había pedido, se lo había traido y era la que quería. El niño le había pedido un coche de policía y por fín lo tenía en sus manos. Tendrían que pensar que les iban a pedir ahora a los Reyes Magos. De momento estaban felices con sus juguetes.
Al día siguiente comenzaron a escribirles una carta para los Reyes Magos y se fueron con sus padres a un centro comercial que es donde estaban ellos. Enma era una niña muy lista y muy simpática, se fué hasta donde estaban ellos y se sentó en las piernas de Melchor, a David les daba un poco de miedo, pero como vió que no pasaba nada el se sentó encima de Baltasar. Les dieron sus cartas y le comentaron que se habían portado muy bien. Que habían sido muy obedientes y les dieron las gracias por haberle ayudado a su padre a encontrar trabajo.
El día 5 de Enero, se fueron a ver la cabalgata de Reyes y estaban alucinados con ellos. Al finalizar, se fueron pronto a casa, cenaron y se dirijieron a la cama. Esa noche los niños oyeron ruidos de los tres Reyes Magos, pero se quedaron tranquilamente en la cama. A la mañana siguiente, despertaron a sus padres diciendo:
- Papá, mamá, venid rápidamente. Han venido los Reyes Magos y nos han traido lo que habíamos pedido. Me han dejado la Cocinita y a David un Spiderman. Vamos Levantaros.
- Ya vamos chicos, tranquilos.
Ese día todos estában encantados y felices por todos los regalos que habían recibido los niños.
Como véis, hay algunas veces que los padres que tienen ganas de trabajar, no lo encuentran facilmente. Pero alguna persona caritativa y con ganas de darles oportunidades a la gente les hacen una llamada diciendoles que ese puesto es suyo.